viernes, 29 de diciembre de 2017

los fantasmas en el ático suenan las campanadas, todo el dolor del hombre llueve sobre el techo repicando en las planchas como casquillos de ametralladora, cuchillos filosos para cortar el tiempo rayan el parabrisas con símbolos e inscripciones inciertas, todo el furor de una investidura colapsa sobre los techos urbanos, el deseo deambula huérfano, incoloro, desnaturalizado, por las calles como el fantasma que recorre Europa, todos los dispositivos se han unido en santa cruzada para acosar ese fantasma: el Papa y el Zar, Metternich y Guizot, los radicales franceses y los polizontes alemanes, mientras una boca exhausta y negra exhala con tristeza: Nostalgeria.

viernes, 22 de diciembre de 2017

creen que volverán a tener sus sentimientos. No.
un sentimiento como este, con sus avatares y sus estigmas,
es irrepetible.
Volveré a tener
afectaciones alegres compartidas, por supuesto,
compondremos otros territorios, ciertamente,
pero este bello agenciamiento gris,
turbio y puro, veloz y parsimonioso,
fugaz y permanente,
total y fraccionado,
fue como un copo de nieve:
hermoso, no se repetirá jamás

lunes, 18 de diciembre de 2017

ya no tengo tu recuerdo luminoso
para refugiarme del dolor,
mis demonios lo han envenenado,
ya no hay donde esconderme dentro de mi,
ese hermoso santuario
ha sido emponzoñado,
mis demonios lo han devorado

domingo, 17 de diciembre de 2017

No debí pensar jamás,
en lograr tu corazón,
y sin embargo te busqué,
hasta que un día te encontré.
Y con mis besos te aturdí,
sin importarme que eras buena.

Tu ilusión fue de cristal,
se rompió cuando partí.
Pues nunca nunca más te ví,
oh, que amarga fue mi pena.

No te olvides de mi,
de tu Gricel,
me dijiste al besar
el cristo aquél

Y hoy que vivo enloquecido,
porque no te olvidé,
ni te acuerdas de mí
Gricel, Gricel.

Me faltó después tu voz,
y el calor de tu mirar,
y como un lo loco te busqué,
y ya nunca te encontré,
y en otros besos me perdí,
mi vida toda fue un engaño.

Que será Gricel de ti,
se cumplió la ley de Dios,
ah, que amarga fue mi pena.
¿en qué tablillas pude hincar una hiancia sutil?
¿cuánta superficie es alterada
por el paso fugaz de esta estela de polvo?
¿cuánto aire levanta el suspiro de una magnolia que se deshoja?
¿cuántos testimonios se podrán dejar
de este rodeo que carga con todo el dolor del hombre,
con todo el dolor de esta circunstancia fatal?
¿cuántas veces será ya olvidado cada paso,
cada hito,
cada evento
en las pequeñas historias
aisladas,
errantes,
de los cuerpos celestes que rondan en derredor?
¡que mala suerte de quien se cruzare en mi camino!
¡que irrelevante!
¡cuánto dolor traje a los peregrinos!
¡cuánto dolor a los más amados!
¿cuanto seré olvidado en cada revolución del cuerpo celeste?
¿cuánto de mi existencia se podrá sostener en tu recuerdo compasivo?
¿cuánto de tus ojos grandes serán capaces de guardarme de la muerte?

sábado, 16 de diciembre de 2017

cuando cae el teatro de las sombras,
un deseo aún más profundo parece objetividad

miércoles, 6 de diciembre de 2017

siempre intentando colmar
un significante roto

lunes, 4 de diciembre de 2017

como un retoño de parra
quisiera estar para siempre
enroscado en ti
objeto luminoso

viernes, 1 de diciembre de 2017

cuanto vértigo ontólogico
es capaz de soportar
tu sistema límbico,
cuanta desterritorialización
cada campanada del reloj
a la media noche
es una inhalación de fuego,
una estocada de aire en el vientre,
una lágrima gruesa en la garganta muda.
Las fases de la luna
las etapas de las cosechas,
los ciclos, las revoluciones
traen consigo
secretos pleamares,
tormentas de granito
finas cadenas de hierro.
La marea sube
sube sube
hasta las ventanas,
los tifones, las inundaciones,
una circunvalación al sol,
un aislamiento afectivo,
desbocan los mares,
explotan pulmones roídos,
polillas interiores revolotean
torbellinos de fuego