domingo, 31 de julio de 2011
martes, 26 de julio de 2011
¿Cuando, donde, cómo, porque, termina tanta sensación?
camina libre en frente al mar, no digas nada, te espero en la vuelta, donde siempre estuvo allí, te lo cuenta a veces, no sabes reaccionar, solo corres, es lo unico que espero, correr, dos veces, dan la vuelta, espero, te privas, eres libre de prohibirte todo, no se donde encontrarte, no existes, caminas tranquila, agitada, ya no se ni lo que piensas, que dices, eres un barco, una isla , una promesa, a mi me da lo mismo, no se, a veces no sé ni lo que yo, encuentro en ti poco, no importa mucho en verdad, estoy vacío, esta vacío alrededor, menos tú, menos lo que tú, no sabes ni lo que haces, ya no encuentras nada, estoy perdido, estas, ¿vienes? siempre quizás, siempre un nunca, siempre yo esperar, siempre hasta el amanecer, siempre desesperanzar, siempre no encontrar, el mismo silencio cómplice, silencio culpable, silencio ocupado en otros lados, en el horizonte desintegrar, siempre las mismas esperanzas vanas que recuerdan una vuelta a la manzana, una bicicleta como un niño inocente, como un pequeño, como un bebé adulto que necesita cariño, que necesita un faro, una luz de distancias que rompe el espacio, que cicatriza la matriz de la espera, la materia de la sonoridad, las palabras corren silenciosas con estruendo liberado de voces, repleto de dedos, de soliloquios nocturnos repentinos, tambaleantes, recalcitrantes, que no se quieren ir, que se quedan para siempre, que me hacen compañia en la noche solitaria, ebria, deseperanzada. Que piden una explicación al viento de la madrugada, que son la línea que dibuja temblorosa mi mano en algún lado que no conoces, que no intuyes, que no eres ni siquiera tú aquello, aquella, ni siquiera nadie de los que conozco está alrededor, todos son un atado de fabulas, de creencias inocentes, ven con ojos tapados, guarecidos, escondidos, voluntarios obligados para no afrontar realidades crudas, siempre llorar en el silencio como un globo vació, expandido, rodeado de nada, que aisla el eco, no lo deja salir de estas pardes empapeladas, siempre llorar y esperar conociendo desgraciado lo que no ha de llegar jamás, no espero ya. Mientras te desvaneces lento, avanzando a la luz de las almohadas.
camina libre en frente al mar, no digas nada, te espero en la vuelta, donde siempre estuvo allí, te lo cuenta a veces, no sabes reaccionar, solo corres, es lo unico que espero, correr, dos veces, dan la vuelta, espero, te privas, eres libre de prohibirte todo, no se donde encontrarte, no existes, caminas tranquila, agitada, ya no se ni lo que piensas, que dices, eres un barco, una isla , una promesa, a mi me da lo mismo, no se, a veces no sé ni lo que yo, encuentro en ti poco, no importa mucho en verdad, estoy vacío, esta vacío alrededor, menos tú, menos lo que tú, no sabes ni lo que haces, ya no encuentras nada, estoy perdido, estas, ¿vienes? siempre quizás, siempre un nunca, siempre yo esperar, siempre hasta el amanecer, siempre desesperanzar, siempre no encontrar, el mismo silencio cómplice, silencio culpable, silencio ocupado en otros lados, en el horizonte desintegrar, siempre las mismas esperanzas vanas que recuerdan una vuelta a la manzana, una bicicleta como un niño inocente, como un pequeño, como un bebé adulto que necesita cariño, que necesita un faro, una luz de distancias que rompe el espacio, que cicatriza la matriz de la espera, la materia de la sonoridad, las palabras corren silenciosas con estruendo liberado de voces, repleto de dedos, de soliloquios nocturnos repentinos, tambaleantes, recalcitrantes, que no se quieren ir, que se quedan para siempre, que me hacen compañia en la noche solitaria, ebria, deseperanzada. Que piden una explicación al viento de la madrugada, que son la línea que dibuja temblorosa mi mano en algún lado que no conoces, que no intuyes, que no eres ni siquiera tú aquello, aquella, ni siquiera nadie de los que conozco está alrededor, todos son un atado de fabulas, de creencias inocentes, ven con ojos tapados, guarecidos, escondidos, voluntarios obligados para no afrontar realidades crudas, siempre llorar en el silencio como un globo vació, expandido, rodeado de nada, que aisla el eco, no lo deja salir de estas pardes empapeladas, siempre llorar y esperar conociendo desgraciado lo que no ha de llegar jamás, no espero ya. Mientras te desvaneces lento, avanzando a la luz de las almohadas.
sábado, 23 de julio de 2011
La primavera llegó antes de llegar, y te encerró en un sacrificio perentorio como un altar. Machaca las imágenes evocadoras, una por una, violentas, agresivas, las esconde. Protege de tus brisas con manos cálidas, olvidadoras, las manos del silencio son vasijas inconmensurables como el oceano, inmutables, fecundas, cristalinas, son la naturaleza de las contradicciones, y no hay estrellas que permanezcan vírgenes, todas han sido vaciadas de sentido, como las galaxias que corren, son flexibles, tienen hambre, mas son inertes, inofensivas, olvidables. Los sonidos constantes son una terapia, son la unción graciosa de la libertad profunda, impensable, la libertad indómita del que duerme sin soñar, del que muere, del que se fuma la tristeza en las costas lejanas de un mar ultramoderno y ancestralmente omnipresente, cóncavo hasta el extremo, capicúo, un mar que es dragón, que es cola y es fauce, que es la bestia que se devora a si misma, que es la condena del eterno retorno. Cómo la curva eterna de la luz en el vacío.
viernes, 22 de julio de 2011
martes, 19 de julio de 2011
domingo, 17 de julio de 2011
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