En este mundo no existe ninguna persona,
ni siquiera una
que sea capaz de entenderme,
soy ajeno a la humanidad,
y eso se siente terrible.
Estoy solo en medio de esta multitud.
Soy un cadaver, con los ojos desintegrados de llorar,
vociferando en un auditorio vacío.
Esta noche de nuevo me toca
llorar hasta perder el conocimiento.
Y tengo la tarea más penosa, de estrangularte en mi alma
con mis propias manos. No puedo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario