No puedo bajarme aquí,
con esta mujer diabólica, sin amigos,
cómo me asustan tus pómulos huesudos,
calavera de magnolias,
palidez de muerta y encarnada,
suaves tus labios
cobijan una serpiente,
bífida húmeda e intranquila,
husmeabas como una coneja
entre las sábanas
y desaparecías,
dejando atrás solo pelos y dolor,
mujer afilada,
pura sal
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