maldita la carne, maldito el atardecer,
maldito el porvenir que se arrastra como un perro
maldito el aire que roba el aliento
la fuente seca, el decaer,
malditas las multitudes
y maldita la soledad
maldito el mal día que me vio nacer,
la resolución fatal, tres veces maldita,
de permanecer sobre la escena
malditas las estrellas
que develan los escenarios
malditos todos los trapos inmundos
que cuelgan de este corsario
maldito el vocabulario, el corolario,
los heraldos y los presagios
malditas las sibilas, malditos los leprosarios
malditas las ninfas y los sudarios
malditos los anaqueles, malditos los falsarios
maldito el tiempo que repta y se enreda en los rosales del calvario
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