Mi
nombre es Tristán, el apegado, el desarraigado, el pintor de espejos, pero mi
suicidio me ha abierto los ojos. He elegido nacer en mi nueva forma,
trascendentalmente explicativa. He elegido nacer ahora, pero en un nivel más
profundo de reflexión, el momento me ha elegido a mí. Porque cuando morí, el
proceso duró solo una fracción de segundo, muerte instantánea, dijeron los
forenses, suicidio pasional, dijeron los periodistas. “Cuadro esquizofrénico
grave con alteración de la percepción, afecto anormal sin relación con la
situación, negación de la realidad de forma inconsciente. Recurrente crisis
delirante, estado maníaco, cuadro depresivo con contenidos psicóticos y un
estado confuso onírico. Posible detonación por un estado depresivo grave,
ambiente familiar desfavorable, sensación de abandono. Ausencia de tendencias
suicidas conocidas que hicieran posible prever lo acontecido. Aparición del
cuadro dentro del rango de edad típico para los hombres, entre los 15 y 25
años”, dijeron los psiquiatras.
miércoles, 25 de junio de 2014
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