Ya
te estoy olvidando Magnolia, de nuevo, y lo digo en serio. Si me siento a
imaginarte, tus bordes se desdibujan en mi mente, y tus ojos ya se ven como
manchas coloridas. Ya no tienes el filo del acero. Ayer vi una foto tuya y no
te reconocí, hoy me sorprendí en un momento del día no pensando en ti. Lo único
que no se ha debilitado es mi odio por ti, hoy lo siento más ardiente que
nunca. Me gustaría poder reconocerte de nuevo en la calle para estrangularte,
esta amnesia no solo me protege de ti, sino también a ti de mí.
Ya
te estoy olvidando, Magnolia, y me he tatuado la mandala que me dio la gitana
en mi sueño. Me protege de tu recuerdo, pero no de mi odio. Lo siento, como me
quema por dentro, como contamina el fluir de mis pensamientos, un odio anónimo,
no dirigido a ti, pues tu recuerdo me es vago, un odio hacia el dios que te
puso en mi camino, un odio hacia el destino que te unió conmigo.
Magnolia-Negra, negra como el alquitrán. Hay ríos metafísicos que son un gran
peligro, y en ellos me estoy ahogando.
Hoy
te vi Magnolia, en mis pensamientos de la mañana, desperté temprano, por un
segundo pensé en ti y te vi tan clara, tan limpia, me costó creer que fueras
tú, Magnolia, Magnolia de mi sufrimiento, Magnolia de mi condena, me mirabas
distinto. Tú eras distinta, Magnolia, ni siquiera tus ojos, tu esencia, eran
los mismos. Te vi como volabas aleteando suavemente, Magnolia, y de repente te dividiste
en dos. Como un flash recordé lo que había olvidado Magnolia, tu dualidad. Te
vi volando frente a mí, Magnolia, en tus dos avatares, Magnolia-Mariposa Blanca
y Magnolia-Mariposa Negra, y por mi cabeza pasaron en un segundo muchas escenas
olvidadas, muchos momentos que eran tan pocos, una eternidad en un segundo. Y
los recuerdos de ti son un segundo en una eternidad.
Comprendí,
Magnolia, que en dos vidas te he amado, y que en dos vidas te he odiado,
Magnolia. Magnolia-Blanca, recuerdo que moriste en mis manos, recuerdo que moriste por mí. Magnolia-Blanca,
te ahogaste en un río metafísico por rescatarme a mí. Perdóname
Magnolia-Blanca, perdóname por favor, viví el resto de una vida arrepentido,
culpándome por tu muerte, Magnolia-Pureza, Magnolia-Ángel, daría todo por morir
en tu lugar, donde estás Magnolia amada, sé que no te puedo encontrar en ningún
lugar, has vuelto a este mundo en una nueva forma, yo sigo siendo el mismo pues
me toca pagar. Pero esta nueva forma perversa tuya, Magnolia, apenas puedo
creer que seas tú, ¿Te has venido a vengar? ¿He de morir por ti en esta nueva
vida? Cómo puedo sacrificarme por amor Magnolia, ya no me puedo redimir, pues
ya te odio Magnolia-Negra, pues sin embargo eres tú, eres el objeto de mi
tormento, ¿Cómo me podría sacrificar por amor? Soy el mismo Tristán
desesperado. Me condenó al sufrimiento tu sacrificio por una vida entera y
ahora nuevamente sufro porque estás viva. ¿Qué dios sádico nos condeno a este
destino? Sé que ni tú lo sabes, Magnolia, que ni lo sospechas. ¿Por qué debí
recordarte en aquel sueño? No lo sé, Magnolia, nunca he podido ver la indeleble
cadena que nos ata, debe ser que nuestro destino está escrito en las estrellas
pero no lo he podido leer, ¿Cómo podemos escapar de este ciclo de sacrificios y
castigos? ¿En qué avatar aún anterior a los que conozco habremos pecado tanto
para merecer esta cadena que trasciende la eternidad? ¿Cuándo terminaremos de
redimirnos?
Creo
que seguimos amarrados a este destino porque siempre terminamos odiándonos,
creo que un sacrificio de amor infinito nos liberaría, ¿Pero cómo podría ya
morir por ti, mariposa negra? Sé que debiera perdonarte para merecer mi propio
perdón, pero te odio tanto en esta nueva vida. Soy un egoísta, lo sé.
Probablemente volveremos a morir, y volveremos a vivir para seguir odiándonos,
porque sé que tampoco lo harás por mí.
Así
como tú eres una dualidad mariposa blanca-negra, nosotros somos también una
dualidad, un Sísifo Magnolia-Tristán. Cargamos con nuestro odio hasta llegar al
final, solo para volver a empezar. ¿Cuál es mi dualidad, Magnolia? Ojalá fueras
un espejo para poder ver en ti mi realidad, ¿Qué te habrá dicho de mí tu
gitana? ¿Habrás despertado de sueños extraños gritando ¡Tristán, Tristán!?
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