miércoles, 5 de mayo de 2010

El Deber No Ser

En la calle oscura,
está lloviendo, hace frio,
la noche no tiene esperanzas
la gente no tiene, no sigue, no puede,
la lluvia cae, pero sin emoción
las gotas son todas iguales,
están hinchadas de tedio,
nacen muertas, se suicidan,
nube abajo quieren morir,
extrañan la muerte,
se lanzan y nosotros
creemos que las recibimos con alegría,
miramos al cielo como tontos
y no nos damos cuenta,
que en el cielo las estrellas no brillan,
son sólo manchas corrientes
frente a un cielo demasiado oscuro,
sólo dibujan líneas que no existen,
que ni siquiera existen,
ni siquiera desorganizadas.
Un mundo que busca respuestas en ellas
debe ser un mundo muy extraviado,
un mundo que no encuentra sentido
ni a su inicio ni a su final.
Un mundo insensato
que se volvió loco explicándose su existencia
y se colgó de una hilacha de la vía láctea.
¿Que más podía hacer?
Si hoy fue mañana y será ayer
de la misma forme en que mañana será hoy
y luego ayer, por los siglos de los siglos,
completando ciclos de carbono, por los siglos de los siglos,
de revolución a revolución, de evolución a evolución
de extinción a extinción, de creación a creación,
por los siglos de los siglos.

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