sábado, 31 de mayo de 2014

Promesa implícita

Hoy escribí otro capítulo, sin darme cuenta, de improviso. Iba caminando por el andén del metro, estación Los Héroes, Línea dos, andén dirección Vespucio Norte, hora: 19:14. En mis manos: El obsceno pájaro. Página treinta y tres, párrafo único: "me arriman contra esta mampara de vidrios rotos, la llave, abro, salgo, cierro." Presión arterial: ciento veintisiete con ochenta y uno, normal. Levanto la vista un momento: muchos pares de pies, gente normal, sigo levantando la vista, chaquetas, abrigos, polerones, sigo, rostros extraños, hombres, mujeres, niños. Tu rostro. Distancia: dos metros con cuarenta y cuatro centímetros. Presión arterial: ciento treinta y uno con ochenta  seis, normal alta. Tiempo del contacto visual: un segundo con ochenta y cuatro centésimas. Ibas de la mano de tu novio. No reaccionaste. No detenerme. Seguí caminando. Presión arterial: ciento treinta y ocho con noventa y uno, hipertensión leve. Me sentí desorientado, mareo repentino, ansiedad subiendo. Debo seguir caminando. Distancia: once metros con treinta y cinco centímetros. Paré. Espero el metro. Me siento muy inquieto. Incomodidad general. Presión arterial ciento cuarenta y seis con noventa y cinco, hipertensión leve. Respiración agitada. Miro a mi derecha, te veo voltearte y mirarme. El no sabe de esta situación latente. Tiempo del contacto visual: dos segundos con diecisiete centésimas. Obstáculos visuales. Llega el metro. Me subo, intento mirar dos veces más, no te veo. Vuelvo a mi libro. El metro llega a la siguiente estación, Santa Ana, estación de combinación con Línea cinco, me bajo acá, sigo con mi camino.

Lo que supe: me viste.
Lo que supo: nada.
Lo que supiste: te vi.
Lo que no supe: qué pensabas.
Lo que no supo: todo.
Lo que no supiste: qué hasta diez segundos antes de verte venía pensando en tí, en lo que hemos hablado, en lo que pasará en el futuro, en cuantos años se retrasaron los planes que teníamos, en cómo se llamará nuestro hijo, en que ojalá saque tus ojos, mis rulos, tu bondad, mi ingenio, tu carácter, nuestra afición por la lectura.

martes, 13 de mayo de 2014

por el hambre de este niño quemaría al mundo, que es mejor.

domingo, 11 de mayo de 2014

No ha guardado para si
más que puñados de tierra y cal
en sus gastados bolsillos,
para así ser tan pobre como la pobreza,
no le alcanza para la miseria,
por eso no puede más que atropellar
el atropello,
tan escuálido está que no puede más que
desafiar el desafío,
aniquilar el aniquilamineto,
caminar el camino,
reclamar el reclamo
andar lo andado,
contar lo contado,
caer lo caído,
deshacer lo desecho,
sentir lo sentido,
y vaciar lo vacío,
para encontrar lo encontrado,
y buscar lo buscado,
y llenar lo llenado
hasta hastiar el hastío

sábado, 10 de mayo de 2014

¡Pobre Tarsario! Ya no quiere ser él.
En verdad, es menos un demonio que un extraño,
pobre Tarsario, te comprendo,
yo no me quiero volver tan loco,
y quien me está empujando:
las ideas fijas.
Me asomo a un abismo insustancial,
esto se siente como una prisión mental,
me escapo por un segundo,
pero la huida siempre es ilusoria,
porque los barrotes siempre están por dentro,
soy un prisionero viajante.
Hay un grito que a todos se nos atora en la garganta,
un grito encarnado que dice más o menos así:
-"¡Donde está lo imperecedero!"-.
Y es que no ya puedo encontrar nada,
ya no puedo creer en ninguna palabra,
Si es que estamos hundiéndonos  en la mierda,
y como dicen que dijo Heraclito,
aunque no es verdad,
hay que estar en la mierda hasta las cachas,
hay que ser la mierda tibia misma,
para purificarse de lo más impuro.
Quiero entroncar en uno con el universo
encontrar el espacio de lo desespaciado,
y no
mil veces no, porque el hambre,
porque la pereza,
y porque cuando vengo de vuelta,
el camino siempre,
el camino vuelve,
el camino se va por donde no viene,
y hay que hundirse en la mierda hasta las cachas,
y respirar resignado,
porque el mundo,
porque el cieno,
porque la vuelta del horizonte es cóncava hasta el extremo,
y lo que dejamos atrás
tarde o temprano lo encontramos
de buena o mala manera,
y te pasará la cuenta,
volver a caer,
te pasará la cuenta volver a caer,
volver a confiar,
volver a creer,
y el estallido es inconforme,
insatisfactorio.
Que ganas de quemarlo todo,
de dejar de ser un esclavo de la huella mnémica,
de domar la mente, de instrumentalizarla,
para salir al patio una vez más como un niño,
y volver a mirar al cielo,
con los colores más bonitos de la acuarela,
y encontrar de nuevo en el cielo
a los pajaritos y las nubes
que tienen formas que podemos ver ya,
con caballos, con dragones,
y saber que están allí,
que siempre estuvieron,
y que sólo hacía falta dejar de seguir un camino,
dejar de interpretar,
porque no hay camino,
porque el camino es salirse del camino,
aprender a perdonar, como un suspiro del alma,
y volver a ser tan inocente como nunca se pudo,
mirar al mundo desde el suelo,
para ver la inmensidad de lo más pequeño.


viernes, 9 de mayo de 2014

Tarsario

Tarsario es el nombre
del que limpia las sepulturas,
del sujeto en la penumbra
que alumbra a los muertos.
Tarsario es el nombre
del capitán de este barco
que navega el espanto
de la tierra sin recuerdos.
Tasario es el sepulturero,
Tarsario es el grumete
Tarsario es el hombre que ara
la tierra que no promete.
Tarsario de la tierra,
Tarsario de la muerte,
Tarsario el solitario,
el nombre sin membrete.
Tarsario el encadenado,
al que los hombres temen
Tarsario el sicario,
el bestiario, el que arremete,
el enjaulado que aúlla,
cuando los hombres duermen.






Al cautiverio feliz
llaman las campanas
al cielo liso
al suelo blando
a la parsimonia
llaman las campanas
como llama el bosque al pájaro
como llama el hijo
al abrazo del padre dichoso
y descubre sin pensar nada
como cae desde el techo
la bendición
sigilosa
de la calma.

Al cautiverio feliz
que llama sin sentido,
que llama sincero
con el repicar de un cencerro
con el murmurar de un olivo,
desde el aroma de la infancia,
a salvo de incendiarios
oculto de falsarios
y de impuras fragancias,
y trajina como un niño
entre meditaciones nocturnas,
la ruta del pensamiento,
la ruta del descubrimiento:
-"Las puertas de la gruta
se han abierto en cumplimiento
del destino incierto
de rastrojos perecederos-."

Hemos sido arrojados
sobre buena simiente
y sobre mala simiente
y más allá de ellos la muerte,
que sin descanso miente,
espera impaciente
a los abandonados.

Ah de los malogrados!
Ah de los humillados!
Ah de los cercenados!
Ah de los enterrados!

viernes, 2 de mayo de 2014

Gólgota

No te salvarás esta vez,
lanzando soles en todas las direcciones,
el olvido, guadaña del tiempo
araña la superficie de tu tumba de cielo
mas no te hiere, muerta en vida,
ángel del suelo,
y tu sexo testimonial, de vestigios delación
tu sexo descomunal, zarpazo brutal
de lo sin mención,
tu sexo animal, de primitiva acción
y tu sexo vestigial, hallazgo en el dolor
de tu deseo primitivo de penetración,
no te salvara, antípoda y nadir
de contemplación imprecisa,
de tu balanceo certero
desde el laberinto de tus piernas
arrimándose en doble hélice a mi cadera
arrancando de sus goznes mis muñecas
y expulsas triadas de bramidos
resentimientos en claves de sonidos,
y desafiaste mi mirada
en tu mirada de desafío
y te perdiste entrecortada
encontrando mi vacío,
y ocultaste tu estrella
para no darle sentido
y me aferré a tu espalda
descifrando tus glifos,
y me hablaron como a un ciego
sus relieves delatores
de como en la vida
te ibas quedando sin corazones.