sábado, 10 de mayo de 2014

¡Pobre Tarsario! Ya no quiere ser él.
En verdad, es menos un demonio que un extraño,
pobre Tarsario, te comprendo,
yo no me quiero volver tan loco,
y quien me está empujando:
las ideas fijas.
Me asomo a un abismo insustancial,
esto se siente como una prisión mental,
me escapo por un segundo,
pero la huida siempre es ilusoria,
porque los barrotes siempre están por dentro,
soy un prisionero viajante.

No hay comentarios: