miércoles, 8 de septiembre de 2010

fragmento triunfal

La infalibilidad es un bien en sí mismo,
la perfección, pero tenemos claro,
hay que hacer grandes sacrificios,
y este es un libro que una vez que lees
no puedes olvidar, y es más
una vez que lo empiezas
no puedes dejarlo sin terminar,
la infinidad es la droga de los iluminados.
Nada tiene sentido, y eso es verdad,
es tan verdad que llega a ser arrolladoramente cierto
aterradoramente cierto, y más verdadero
de lo que tú o yo podriamos desear,
es tan real que sólo nos queda
satisfacer los instintos y las pasiones, las simples,
las animales, de la carne, y las otras pasiones,
esas que son únicamente humanas,
y aquellas a las cuales todo se encuentra subyugado,
incluso las pasiones animales,
las vanidades, aquellas que yo mismo
estoy intentando satisfacer en este momento.
Las vanidades son capaces de destruir hasta
las argumentaciones más fuertes,
de transformar todo en una falacia,
niégalas y estás sometiéndote a ellas.
¿Y porqué satisafacerlas es lo único que anhelamos hacer?
simple, porque es lo único que queda por hacer
cuando nada tiene sentido,
hacer amena la estadía
antes de tener que volver
a la nada
de donde
vinimos.

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