viernes, 18 de abril de 2014

encontrarse en un momento definido, en un lugar definido, desnudando las barreras de la personalidad, que acaricies con suavidad mi corazón sangrante, que te aferres a mi cuello como un náufrago hambriento. Y dejo de fantasear con la circunferencia del horizonte, con la opacidad de las estrellas, con la mímica de los camaleones, se me hace imposible seguir meditando sobre la eternidad del retorno, sobre la latencia de la locura y el suicidio cuando me enredo en los átomos de las manchas acuareladas de tus ojos. Me rindo a la ambición de pensar en las pequeñeces.

No hay comentarios: