martes, 3 de febrero de 2015

Con que desesperación te amé y ahora estás distante como un faro,
y como un eco desde un abismo me esfuerzo en escucharte,
cuanto mar crucé nadando para ahogarme en la orilla,
y todos los te amo juntos a esta hora queman
en la espalda, en el pecho, en la garganta.
Ahora no me escuchas, ya ni me quieres ver,
y mi voz se siente huérfana cantando al viento,
apretando el aire entre los dedos,
atrapando la ilusión de un recuerdo,
jugando con tu pelo que quedó entre mis sábanas,
debajo de la silueta de los dos en un desvelo
Ya ni quieres saber de mi,
¿y donde apoyo mi espalda?
¿quien rodeará mi cuello?
¿quien mirará mis manos?
Ya ni quieres saber de mi,
y yo muriendo por completarte,
por reflejarte, por elevarte.
por rodearte y sostenerte,
sonreírte y traspasarte.

No hay comentarios: