lunes, 8 de agosto de 2011

caminé de la mano contigo y ahora caminar es un castigo, el aire es más pesado y ya respirar sin ti es un suplicio, caminamos en el verano cuando brotaron hasta los cactus y en marzo ya todas las cuadras vestían amarillo, los viajes fueron viajes biyectivos, cada cuál encontraba su reflejo, no sólo distintos el uno del otro sino que opuestos contradictorios, pero de una completitud asfixiante, como cuando el espacio cierra sus paredes sentimentales alrededor de uno y el pecho es un globo que sofocado busca escaparse en cualquier dirección.

si me escuchas una vez estaré mejor,
pero sabes que estoy hecho de una materia distinta
que me vuelo con el viento
que me desintegro en tus ojos
como un nuevo amanecer que se desvanece,
que te haré volar
pero si me escuchas de verdad,
con tus ojos soberbios,
con la inocencia de tu boca,
con el candor de tus manos,
con el rubor de tu pelo,
con la gracia de tu vientre,
con los caudillos que cabalgan por tu espalda,
con el campo hermoso, los arroyos y las montañas que viven en lo profundo de tus pupilas, que reciben la luz como dos soles maravillosos de tus pestañas,
si me escuchas de verdad te reirías
de los pobres intentos de este pobre por retratarte.

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