miércoles, 10 de agosto de 2011

en esa foto estabamos abrazados, tu me dabas un beso de cariño, yo me ponía feo y era gracioso, era un niño cargando la espalda de un adulto, tenía ojos que eran tan transparentes, y tu tienes ese color en el pelo y la piel, que era tranquilidad, que era un hogar, una foto sobreexpuesta, una tranquilidad, conformidad, pero los labios resecos siempre los he tenido. Ahora yo fumo un cigarro y estoy explorando caminos extraños, estoy saciado y tu estás recién empezando a saborear la libertad, recorres caminos naturales y yo soy un trashumante, estoy completando un círculo melancólico sano, un recuerdo que se ha hecho para ser recordado, inconsciente de si mismo en su nacimiento, un recuerdo que nunca se supo tal hasta que se realizó, fue recordado, y el vivir con el recordar se fusionaron, nunca fui tan honesto como en aquella foto, era un fantasma de transparencia, con una confianza tal que era capaz de cerrar los ojos y reir.

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