martes, 29 de noviembre de 2011

Cuando la conoci me dijo "tu y yo estaremos juntos alguna vez, pero no ahora", parecia como si me conociera de siempre. Estar a su lado era extraño, daba la impresion de que siempre sabia lo que iba a pasar, es mas, de que ella disponia de los acontecimientos, parecia impaciente, como si el tiempo fuera de ella corriera demasiado lento, daba la impresion que vivia un par de segundos en el futuro. Enfrentaba los peligros con calma, era arriesgada. Cuando la volvi a ver tiempo despues, a pesar de conocerla hace años, todavia me parecia una desconocida, pensandolo bien, nunca supe nada de ella, solo veia lo que hacia con sus manos. Sus manos eran su encanto, siempre estaban haciendo algo, creando pequeñas cosas desconocidas, siempre tenia los dedos amarillos. Me abrazaba fuerte y se colgaba de mi cuello. Amaba con su independencia, la escencia de su amor era su libertad, y amarla era ser un pasajero de sus vuelos. En ella todo era pasajero, las cosas que creaba comenzaban a desaparecer un segundo despues, y creaba muchas cosas, por lo que las desapariciones eran muchas tambien. Sabia que no venia a salvar a nadie ni a cambiar la historia, no tenia compromisos, pero no fallaba, su vida tenia una meta que solo ella conocia, nunca se lo dijo a nadie. Un dia me dijo que no lo podia decir ni aunque quisiera, porque eran ideas para las que no se han inventado palabras, estaba en un nivel distinto al de las palabras, ella se comunicaba en colores, en formas, con sus manos, con sus ojos, era de otro planeta. Siempre me pregunte que cosas pasaban por su cabeza cuando decia cosas que nadie entendia, parecia como si hubiera nacido con la mision de ser sorprendente, nunca se podia preveer lo que iba a hacer. Cuando las cosas no le funcionaban, las dejaba, su vida corria y no podia perder el tiempo en segundas oportunidades. Cuando yo estaba triste siempre lo sabía, me abrazaba y me hacia llegar a un lugar irreal, me dejaba acompañarla en sus vuelos. Cada vez volaba mas alto y ya su parte mas conciente estaba entendiendo poco de lo que hacia, su inconciente se elevaba siempre más alto. Un dia la altura fue suficiente para mi y tuve que aterrizar, pero ella siguio con su vuelo tan alto que la perdí de vista, y nunca mas la volví a ver.

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