miércoles, 5 de marzo de 2014

Magnolia

I

Mim Mim7 Rem6 Lam7 Sim7 sonando en el piano, la melodía le es muy conocida, ¡Que grande Fito, carajo! Entra la voz. Instan táneas de la calle. Ese falsete tan desagradable como querido. Veo una separación, un choque un estallido, una universidad. La La La, 1986, Fito con Spinetta, que hijos de puta. Hace frío en Buenos Aires, música, los automóviles, caen del walkman gotas de humedad. Los coros por Fabiana Cantilo. Y yo sigo con vos, sabés, se hace difícil seguir anclado aquí sin tu amor,  sin tu amor. Ya sé, siempre soy yo, andar siempre buscando y siempre volviendo a tu corazón, a tu pobre corazón. El piano cambia a Domaj7 Sim7 Rem7 Sol7, la canción llega a su climax. Y siento que estamos al borde, al borde de un cielo sin sol, después no hay retorno ni tiempo mi amor, y un circo se va de la city…
         Estos argentinos del carajo no les basta con tener a Maradona y a Messi y a Cortazar. Y a Francisco I. No, tienen que tener a Fito también, y a Charly. Al flaco no lo cuento porque el flaco es un habitante del mundo, su alma pertenece al universo. Como te gusta el sonido del acento argentino ché, chilenito. Y a Chile nos mandan las puras putas y los malos para el futbol, cada cierto tiempo llegan uno que otro bueno, un Cabezón Espina, un Diego Rivarola, pero el resto, siempre son pura mierda.
         Instan taneas de la calle, se repite en la mente, y las imágenes comienzan a aparecer bien borrosas. Un tarde de lluvia, que cliché, encendés un cigarro para parecer interesante y se te moja entero, pedazo de boludo. Pero bueno, una tarde de lluvia al fin y al cabo, yo no decido nada, lo hace el inconciente, y no me hagan empezar con Freud. Una tarde de lluvia y tú caminando por un parque, por una camino de tierra, ya de barro, y suena la puta canción y te acuerdas de ella de nuevo, tantas veces la has olvidado y la has vuelto a recordar carajo, solamente si existiera Lacuna inc. para poder borrarla de una vez por todas. Y tú caminas y estás como un huevón mojándote entero, los zapatos que ya se te pasaron, el pelo pegado a la cara, y la mochila que es de mezclilla o lona o algo así y ya se te mojó todo lo de adentro, los cuadernos, y hasta el libro que tenías que devolver. Y la lluvia que a pesar de todo te gusta porque es bonita, porque es romántica, porque te recuerda a ella, y la mochila empapada que te recuerda a ella, y la canción que te recuerda a ella, y cualquier estupidez que por muy sin sentido que parezca te recuerda a ella, los pantalones, la polera, los rodillos, la pintura, y hasta las hojas del diario te recuerdan a ella. ¡No che, vos estás cagado del mate! ¿En serio, hasta las hojas de diario? ¿Puedo saber al menos como se llama la piba esa? Que debe ser una afrodita para tenerte así de rayado. Magnolia, Magnolia se llama ¿Magnolia como la película? Si, como la película, y como la flor. ¡Que pedo, loco! y que onda la vieja, ¿estaba drogada que le puso ese nombre? ¿Magnolia? No loco que onda… Y de a poco se fue desvaneciendo esas vocecita que ya se venía volviendo insoportable, y de golpe de nuevo al parque, la lluvia, y Fito aullando ¡Olmedo se ríe de todo! Mirá, sos un capo y todo, pero cantás peor que una patada en los huevos, sabelo, argentino del orto, además, todas las noches me cantás la misma canción, oye, tenés como 20 discos y todos los días con la misma cancioncita, pará, en serio.
         Dame un break, por favor, y no, ahora estoy en un colchón, tirado en el suelo, en algo que no parece una pieza, y miro para el lado y apareciste ahí, Magnolia, ¿Por qué estás acostada al lado mío? ¿Por qué está tu cabeza en mi pecho? ¿Por qué me tomas la mano? ¿Por qué tienes tu pierna cruzada encima de mí? ¡Sal de acá, por favor! Y suena de fondo el viejo John y su saxofón tenor bendito, Im old fashioned, Paul Chambers, Philly Joe Jones y no se quien más, el saxofón se pasea tranquilo, entra la trompeta, Lee Morgan, ¿¡Por qué me estás besando ahora!? Desaparece, por favor. Y además ¿porque siempre tiene que haber música de fondo? No puede uno tener un sueño tranquilo, que después despierto y no me puedo sacar la música de la cabeza en todo el día.
         Ahora una pieza vacía, te estoy dando la espalda, mirando a la muralla, pero sé que estás ahí, parada detrás de mí, te siento, te presiento. Y de pronto un auto, la voz de tu mamá que me habla, y vuelvo a la pieza, estoy cantando bajito mientras trabajo. Y yo sigo con vos, sabés se hace difícil seguir anclado aquí sin tu amor, sin tu amor. Algo te debe haber conmovido en ese momento, Magnolia, porque te me acercaste de improviso y me diste un beso entre el cuello y la cara, un beso de esos suaves que das tú; tienes besos de ternura y besos de pasión, y ese era una beso de ternura, te conozco, yo me sonreí un poco, para mí, y te apartaste, se que te complican las demostraciones de cariño, es una mezcla de pudor e inseguridad, yo creo que lo que a ti… Eres tan complicada, nunca puedo entenderte, ojalá fueras un cigarro para fumarte, Magnolia, simplemente fumarte. Ahora es tu casa, tu jardín, tú sentada al lado mío, tus piernas enredadas en las mías, ahora es la cama de tu mamá, los dos desnudos  y abrazados, ahora es mi pieza, mi cama sin colchón, muchos libros, ahora el supermercado, ahora la calle, ahora el sillón de tu casa, de tu ex casa, y estamos acostados, abrazados de nuevo, escuchando al insufrible de Morrisey y los Smiths, ahora una mesa, ahora una silla, ahora las hojas de diario, ahora… esto se salió de control. Sentados en el sillón de tu casa, te digo algo y de la nada te das vuelta y me atropellas con beso, ¡Y me das ese abrazo! ¡Ahora! después de años, Magnolia, después de años, ¡Donde estuvimos todo este tiempo, Magnolia, donde estuviste, donde estuve yo! Y ahora te marchas, Magnolia, y me dejas acá agonizando, Magnolia, ¿por qué, Magnolia, por qué? Y porque justo ahora el hijo de puta de Fito no canta nada y me hace sentir tan solo, y tú Magnolia, ¿Por qué te vas así, tan rápido? ¿Y qué pasó con todo lo que dijiste, Magnolia, qué pasó con todo eso? ¿¡Que te pasa Magnolia que ni hablas!? Pareces muerta Magnolia, di algo, Magnolia, ¡Magnolia! Muévete Magnolia, responde, haz algo, ¿¡Estás muerta!? ¡Magnolia, Magnolia!
         Y desperté, agitado, gritando ¡Magnolia, Magnolia!
¿Por qué gritaba eso, quien es Magnolia? Qué raro, no conozco ninguna Magnolia.
Miré la hora en el celular: 05:17 AM, el nadir de la noche. Otra vez me quedé dormido con la luz prendida, y el libro se cayó de la cama, carajo, se salió el marca páginas de nuevo, y el computador prendido, y el mate frío, y ese tarro apestoso que llamo cenicero, a punto de rebalsarse, mañana lo vacío, lo juro. Y me levanté a apagar la luz. Que frío hace, la ventana quedó abierta, me acosté de nuevo y me eché la frazada encima, y este colchón de porquería es peor que una cama de clavos, y quién carajo es Magnolia, que me hace despertarme a esta hora. Y me volví a dormir, rezongando. 

No hay comentarios: