jueves, 6 de agosto de 2015

Llueve mucho en Santiago esta medianoche, y la luz de la noche se quiebra a través de las pestañas mojadas. Esta lluvia me recuerda la misma lluvia que te recuerda esta lluvia ahora, y ahora llueve sobre ti igual como llueve sobre mi ahora. Ahora llueve en Santiago sobre nosotros al igual que llovía en esos momentos. ¿Será que estamos recordándonos en la misma luna que se asoma como se asomaba entonces, violentamente nítida, coronada por una aureola? ¿Será que estamos pensándonos en la misma lluvia en que nos pensábamos entonces, cuando llovía mucho sobre Santiago, y la luz que se quebraba a través de las pestañas mojadas te coronaba de destellos el pelo y el contorno, y debía recordarte así, soñarte, desde la medianoche hasta el mediodía?

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