miércoles, 15 de abril de 2020

sobrevuela en carroña
el inefable goce
de entregarse a la miseria
con los ojos abiertos,
a los vientos del crimen,
al desenfado del dolor,
y sostiene en vilo
el dulce puñal,
gozar gozar,
de elegir una desdicha,
como un trago de alcohol
poderoso,
destructivo,
como un ahogado,
que entrega el cuerpo
al brío de las olas,
que lo dominen, que lo sometan,
y entrega los miembros
para que bailen un ritmo ajeno
para descansar de si,
entrega el cuerpo
para que lo gobierne otro,
como quien pone las manos
en servicio,
entrega su suerte
entrega su dicha,
para que nadie pueda decir
fuiste tú el culpable,


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