lunes, 10 de agosto de 2009

Hamlet se cruza en mi camino

No me mires a mi con tus ojos calavéricos que no caeré en tu juego duditativo del ser o no ser. La cara desnuda del que burlón y pícaro vivió y hoy ya no puede reírse, al menos es serena y libre de dudar y tiene más paz que quien vive atormentado en la espera de que la valentía lo impulse a actuar y por mientras busca la manera de ser y no ser al mismo tiempo dilatando los segundos antes de la tormenta. Niño asustado paralizado por el temor o genio calculador preparando los detalles, no apuñales las cortinas que el azar te empujará irremediablemente a tener que decidir sin escapatoria, si es que estabas preparado o si lo tenías planeado solo lo sabrás tu, por mi parte yo te puedo decir que a mi no me mires con tus ojos calavéricos que no caeré en tu juego.

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