viernes, 28 de febrero de 2014

Me pongo los calzoncillos para ir a verte, voy al baño para botar un escupo, miro el reloj, y tomo las llaves, de una forma extraña y distinta, soy una mala caricatura de la rayuela, saltando en un pie el camino cuadriculado, la espera se dilata, el brillo en la pantalla baja, me siento en la cama, el cigarro me acelera las pulsaciones, lo estoy comenzando a odiar. Espero. Lo he hecho todo el día y sin embargo es tan difícil como cuando se espera recién levantado. Como una galleta, la ansiedad es un saco roto, es el agua que da sed. Un pie, un pie, dos pies, un pie, un pie, dos pies, un pie, un pie, un pie, dos pies, un pie, me agacho y recojo el tejo, lo lanzo de nuevo, cae fuera, volver a la tierra, el camino es corto e inocente sin embargo siempre fallo. Un pie, un pie, dos pies, un pie, un pie, recojo el tejo y lo vuelvo a lanzar afuera, a la tierra de nuevo, ahora lo comprendí, dejo caer el tejo al lado del inicio, el cielo y la tierra son lo mismo, el camino es vano, me quedo parado inmóvil, con cara de imbécil mirándome los pies. Me quedé un segundo absorto con una semisonrisa idiota y miré al frente, mi silueta parada acá y también allá, dándome la espalda en el final del camino, apretando el tejo en una mano. ¿Vienes para acá o prefieres que yo vaya para allá?, Hace frío igual para estar en la calle. Mi silueta de pie allá en frente torció un poco el cuello  me miró de reojo, con una sonrisa entre calmada y diabolesca, y  me hizo un gesto con la mano como diciendo ¡Estúpido, mira para adelante! Pestañeé, tenía en frente mio la ventana. -¡Noo, todavía no!- silencio -Espérame un eato... rato* -. Me reí nervioso. Volví frente a la ventana, empujé el vidrio, que me respondió con su inmundo sonido de gastado. -Nunca has sido bueno con la puntuación. -Lo sé, es que nunca he encontrado la forma de explicarles que desde la coma al punto hay un continuo graduado, no existen los estancos aislados, el lenguaje está vivo, los idiotas leen: Te amo coma quiero verte alguna vez punto ¿punto seguido o final? -Aparte. -Así parece, en fin, depende de ti. La ventana estaba abierta y yo asomado en ella, afuera una calle, casas, luces, autos, pavimento, una luz azulada que se dibuja sin profundidad, un cuadrado, un cuadrado, dos cuadrados, un cuadrado, un cuadrado, un cuadrado, dos cuadrados, un cuadrado, etcétera, etcétera, facts for whatever, fifteen steps, then a sheer drop, allá casi en el horizonte un semicírculo de luz azulada, el cielo. No tengo tejo en la mano. El reloj siguió corriendo, no hay parpadeo blanco ni rojo, no hay nuevos mensajes. Me desespero en la agonía y el vacío se ve tan dulce, casi en el horizonte el cielo dibujado en luz azulada me llama como una sirena, no tengo tejo para taponearme los oídos, no tengo tus cabellos para atarme al mástil. Ya me imagino la respuesta, la de todos los días. Aún no me convenzo de escribir el final, pero a mi pesar ya se como termina. Sigo congelado frente a la ventana, y el punto negro apagado, impasible, imposible, cruel. y el cielo dibujado en luz azulada sigue cantando, me apoyo contra la ventana, el canto plástico me hiere el vientre, un tornillo mal apretado se engancha en mi polera, la tensión superficial se vuelve intolerable, tirito como una luna en el agua ¡No! esa es una metáfora que no me merezco, ni por lejos, ¡para los violentos consigo mismos corresponde nada menos que el séptimo infierno!¡Incluso más allá del Flegetonte! ¡Vaya! Me inclino sobre el borde, la presión hace que el tornillo me desgarre la polera, incluso se incrusta en mi barriga, el suelo tiene un magnetismo inusitado, el tornillo se entierra cálido y terrible, la sangre brota inmediata, se empantana en mi vello corporal. Un viento suave y frío me empuja hacia atrás, vuelvo a mis pies. Caigo de espaldas, me golpeo la cabeza en el borde del velador, y la luz azulada de desdibuja estrepitósamente, un cuadrado, un cuadrado, etcétera, y me quedo tendido en el suelo, con el corazón casi saliéndoseme del pecho, los ojos muy abiertos, el estómago apretado, la sangre embarrando la alfombra y los cables, y me desvanecí.

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