miércoles, 7 de enero de 2015

Desierto muerto

El espíritu del desierto
es muchas cosas
pero fundamentalmente es callar,
es callar en el susurro del viento
arrastrándose sobre la tierra dura
como un condenado con sus cadenas,
arrastrándose sobre la roca de la tierra
viva y fundamentalmente muerta,
viva en su muerte
de roca y desierto,
de roca de viento.

Y en el desierto el tiempo
se queda pegado en la piel,
incrustado en el cuerpo el tiempo
circunvalando el amanecer,
y en el desierto el tiempo es silencio
de callar hasta perecer,
y en el tiempo el silencio es cuerpo,
y es desierto al amanecer.

Ya no debo decir lo que pienso,
que por la vida en el desierto siento
que si al hablar lo que callo intento
callar lo que siento y pienso,
ya me adormeceré en el desierto,
sin tener ya que perecer,
ya feliz en desierto muerto,
y recostado sobre el viento,
tranquilo al fin y a tiempo,
sin salirme del silencio,
y en el desierto pereceré.

No hay comentarios: