lunes, 18 de septiembre de 2017

este dolor se siente como un frío que se me cae
de la frente, que me escala por la espalda,

por dentro,


donde se afirma de todas las visceras para empinarse,
y las hunde

en liquido,

un liquido frío
que corre

hacia arriba

como una
cascada,
que se
pone

denso

en el estómago,
que
contrae
los músculos
para

empujarlo
hacia


arriba,

desde
la zona

de la pelvis
y el
ano,
hacia


el
miserable
vientre masculino,

vacío, que no genera más que vértigo
y soledad, que no produce más

que pequeños estremecimientos de angustia sin nombre,
entumecimiento de la piel y la mente,

viscosidad del
pensamiento,

y un

bolo alimenticio fantasmático
que se demora en la garganta,
que exaspera los
esfuerzos de
la
tráquea,
y que
se
estanca


y

se

hunde

a
la

vez

como un
globo hinchado en el pecho

y

un infierno que arde en los intestinos.

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