martes, 2 de diciembre de 2014

cuan normal es llorar, cuan injusto es reir
sobre este valle de huesos,
los rios de sangre se secan
pero la presencia de la fatalidad es indeleble
como un hedor adherido a las piedras,
la condena de los hijos de la muerte
atraviesa como una flecha el tiempo,
las generaciones,
revolucionario es hacer el amor entre condenados
y que el cuerpo se nos caiga sobre la tierra muerta

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