viernes, 19 de diciembre de 2014

esencia de ser que se aferra
como a un escollo
en el mar sombrío
en la noche del cosmos,
volador errante que
circunvala la superficie de la existencia
trazando una orbital soledad
solitaria entre las dimensiones,
singular en su plano,
plural en distancia,
y del colmo de las paradojas,
aflora como esencia de anomalía,
un calor inusual,
inestable y repentino,
que surge,
convulsiona,
se enrolla,
y se desvanece
también súbitamente.
El cuerpo perturbado
sigue su trayectoria arrastrada
deformada por el evento,
en una elipsis que jamás podrá recuperar
mientras se aleja y se aleja,
dejando atrás el espasmódico recuerdo
de un calor inusual.




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