jueves, 18 de septiembre de 2014

Un mamífero monumental recorre cansado el suelo de rocas, la montaña es la pecera de los cielos, y su maraña negra es pura melancolía. Cargar cargar es la canción del atardecer, y unas guirnaldas verdes le cuelgan de los cuernos majestuosos, cada hebra de la cola es un quejido gutural, tiene la mirada taciturna del animal cansado de rasgar las piedras, la vida de las montañas es una trenza de lamentaciones, pero el aire es místico, y parece ennoblecer la austeridad de las raíces.

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