viernes, 11 de julio de 2014

que tierna caricia rinde mis párpados y canta el silencio lleno de besos, que sonrisa transparente adivino dibujada en la extensión de mi boca, que hermosos dedos se pierden en un laberinto de rulos y te amarro en mi abrazo apretándote desde afuera, con cuarenta y dos formas nuevas de besarte cada día, de trenzarme en tu sombra y tumbarte sobre mi, y de nuevo, otra vez. Que cómodo me siento acá, que no se acabe por favor.

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