miércoles, 16 de julio de 2014

te admiro, quiero verte sonreír, me adscribo a contemplar el resplandor de tus dientes cuando sonríes con inocencia, bajando un poco la cabeza, clavando tus ojitos de glaciar con precisión en mi mirar mediooriental, quiero hacerte el amor de nuevo con la devota embestida del toro, con el silencio cósmico compartido, con el bramido inconfundible femenino. Irguiéndote majestuosa en plenilunio, casi estrangulándome, atormentándome de caderas, enraizando con fervor tus dedos en los míos, sofocame hasta desfallecer, quiero caer muerto encima tuyo.

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