sábado, 21 de junio de 2014

¿En cuantas claves te he elevado solicitud de redención?

¿En cuantos avatares he buscado tu replica imprecisa?

¿De cuantas manera se puede captar la fenomenología de un arrepentimiento?

¿Sabrás alguna vez que lloraba por mi, por lo que estaba haciendo?

Sin embargo no ofrezco una excusa, no ofrezco una explicación, solo ruego perdón, como el que cualquier arrepentido se merece. Sólo imploro tu bautizo.

Mírame una vez más en mi infinita imperfección, en mi sagrada falibilidad, ¡soy de carne y hueso!, y ciertamente estoy muy cerca de morir, no me dejes ir al infierno como un gentil, ¡perdóname tú para que me pueda perdonar dios! ¿Cuantas noches le he orado a tu recuerdo? en tu altar he inmolado mis ojos. No lo sabes, pero los mismos estigmas marcaron mis brazos, las mismas heridas de tu via crucis. ¿Como puedo explicarte que moriría por todo lo que he matado? Déjame ser el perdonatario, déjame curar lo deshecho, yo se que podré, lo sé con esa certeza ciega de la revelación.

No hay comentarios: