domingo, 22 de junio de 2014

Magnolia X

Te odio, Magnolia-Negra, Magnolia-Retrato, Magnolia-Nocturna, odio tus ojos vacíos, odio tu piel pálida, odio la forma en que me quemas cuando me tocas, la forma en que me estrujas cuando me abrazas, odio la forma en que tu mirada emponzoña mi calma. Te conozco Magnolia, y ahora extraño la amnesia, la embriaguez de desconocerte, anhelo volver a tener la capacidad de poder ver al mundo sin que me ciegue tu resplandor opaco. Ahora es todo tan claro, Magnolia desquiciada, es tan fácil entender como pude olvidarte una vez. Ahora recuerdo todo, no olvide las maneras de olvidar, solo estaban dormidas en mi corazón; porque recuerdo que contigo descubrí que el corazón no es el órgano del amor, no darling, cuando fuiste Magnolia-Blanca, Magnolia-Mariposa, aprendí que el amor se vive en el estómago, y el odio en el corazón. Por eso pude odiarte amándote, Magnolia, y olvidarte gracias a una pulsión de vida, gracias a un instinto primario de preservación. El velo del olvido me cubrió, evitando seguir envenenándome de tu miel de adicción.

Ya nos perdimos en otras vidas Magnolia-Negra, y nada me impide volver a olvidarte esta vez. Tú lo sabes Magnolia, apostaste sobresegura, y ahora me toca a mí por fin estrangular tu recuerdo inquietante, porque perdiste, esta vez por fin perdiste, porque te confundí, querida, y te mostraste real, mostraste tu esencia marchita, incapaz de amar. Dime, Magnolia-Negra ¿Quién permite que vivan almas así en ojos como esos?

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