martes, 24 de junio de 2014

Magnolia XIII

Ya te estoy olvidando Magnolia, de nuevo, y lo digo en serio. Si me siento a imaginarte, tus bordes se desdibujan en mi mente, y tus ojos ya se ven como manchas coloridas. Ya no tienes el filo del acero. Ayer vi una foto tuya y no te reconocí, hoy me sorprendí en un momento del día no pensando en ti. Lo único que no se ha debilitado es mi odio por ti, hoy lo siento más ardiente que nunca. Me gustaría poder reconocerte de nuevo en la calle para estrangularte, esta amnesia no solo me protege de ti, sino también a ti de mí.
Ya te estoy olvidando, Magnolia, y me he tatuado la mandala que me dio la gitana en mi sueño. Me protege de tu recuerdo, pero no de mi odio. Lo siento, como me quema por dentro, como contamina el fluir de mis pensamientos, un odio anónimo, no dirigido a ti, pues tu recuerdo me es vago, un odio hacia el dios que te puso en mi camino, un odio hacia el destino que te unió conmigo. Magnolia-Negra, negra como el alquitrán. Hay ríos metafísicos que son un gran peligro, y en ellos me estoy ahogando.
Hoy te vi Magnolia, en mis pensamientos de la mañana, desperté temprano, por un segundo pensé en ti y te vi tan clara, tan limpia, me costó creer que fueras tú, Magnolia, Magnolia de mi sufrimiento, Magnolia de mi condena, me mirabas distinto. Tú eras distinta, Magnolia, ni siquiera tus ojos, tu esencia, eran los mismos. Te vi como volabas aleteando suavemente, Magnolia, y de repente te dividiste en dos. Como un flash recordé lo que había olvidado Magnolia, tu dualidad. Te vi volando frente a mí, Magnolia, en tus dos avatares, Magnolia-Mariposa Blanca y Magnolia-Mariposa Negra, y por mi cabeza pasaron en un segundo muchas escenas olvidadas, muchos momentos que eran tan pocos, una eternidad en un segundo. Y los recuerdos de ti son un segundo en una eternidad.
Comprendí, Magnolia, que en dos vidas te he amado, y que en dos vidas te he odiado, Magnolia. Magnolia-Blanca, recuerdo que moriste en mis manos,  recuerdo que moriste por mí. Magnolia-Blanca, te ahogaste en un río metafísico por rescatarme a mí. Perdóname Magnolia-Blanca, perdóname por favor, viví el resto de una vida arrepentido, culpándome por tu muerte, Magnolia-Pureza, Magnolia-Ángel, daría todo por morir en tu lugar, donde estás Magnolia amada, sé que no te puedo encontrar en ningún lugar, has vuelto a este mundo en una nueva forma, yo sigo siendo el mismo pues me toca pagar. Pero esta nueva forma perversa tuya, Magnolia, apenas puedo creer que seas tú, ¿Te has venido a vengar? ¿He de morir por ti en esta nueva vida? Cómo puedo sacrificarme por amor Magnolia, ya no me puedo redimir, pues ya te odio Magnolia-Negra, pues sin embargo eres tú, eres el objeto de mi tormento, ¿Cómo me podría sacrificar por amor? Soy el mismo Tristán desesperado. Me condenó al sufrimiento tu sacrificio por una vida entera y ahora nuevamente sufro porque estás viva. ¿Qué dios sádico nos condeno a este destino? Sé que ni tú lo sabes, Magnolia, que ni lo sospechas. ¿Por qué debí recordarte en aquel sueño? No lo sé, Magnolia, nunca he podido ver la indeleble cadena que nos ata, debe ser que nuestro destino está escrito en las estrellas pero no lo he podido leer, ¿Cómo podemos escapar de este ciclo de sacrificios y castigos? ¿En qué avatar aún anterior a los que conozco habremos pecado tanto para merecer esta cadena que trasciende la eternidad? ¿Cuándo terminaremos de redimirnos?
Creo que seguimos amarrados a este destino porque siempre terminamos odiándonos, creo que un sacrificio de amor infinito nos liberaría, ¿Pero cómo podría ya morir por ti, mariposa negra? Sé que debiera perdonarte para merecer mi propio perdón, pero te odio tanto en esta nueva vida. Soy un egoísta, lo sé. Probablemente volveremos a morir, y volveremos a vivir para seguir odiándonos, porque sé que tampoco lo harás por mí.

Así como tú eres una dualidad mariposa blanca-negra, nosotros somos también una dualidad, un Sísifo Magnolia-Tristán. Cargamos con nuestro odio hasta llegar al final, solo para volver a empezar. ¿Cuál es mi dualidad, Magnolia? Ojalá fueras un espejo para poder ver en ti mi realidad, ¿Qué te habrá dicho de mí tu gitana? ¿Habrás despertado de sueños extraños gritando ¡Tristán, Tristán!?

No hay comentarios: